Vagalume de Julio Llamazares
Escribir me expulsaba de la vida pero a la vez me sumergía en su misterio. Era la paradoja de mi existencia, la que vivía desde que empecé a escribir.
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Calificación promedio: 5 (sobre 103 calificaciones)
/El Instituto Cervantes organizó una mesa redonda en torno al libro «La narrativa española en la democracia actual. Crónica del Grand Séminaire de Neuchâtel». La publicación traza la historia del reputado Grand Séminaire de Neuchâtel, unos encuentros internacionales organizados en Suiza durante diecinueve años dedicados a los grandes narradores españoles actuales (tales como Antonio Muñoz Molina, Julio Llamazares, Luis Mateo Díez, Juan José Millás, José M.ª Merino, Enrique Vila-Matas, Javier Marías, Álvaro Pombo, Cristina Fernández Cubas, Javier Tomeo, Bernardo Atxaga, Almudena Grandes, Luis Landero o Andrés Neuman), cuyos trabajos se han convertido en bibliografía imprescindible para los expertos en la materia. Participaron en el acto la autora del volumen, Irene Andres-Suárez; Lidio Nieto, editor; Ángel Basanta, crítico literario; y los escritores: Luis Mateo Díez, Ana Merino, Luis Landero, Julio Llamazares y José María Merino. Más información: https://cultura.cervantes.es/ESPANYA/es/id/166717 Suscríbete a nuestro canal de YouTube: https://www.youtube.com/InstitutoCervantesVideos?sub_confirmation=1
Vagalume de Julio Llamazares
Escribir me expulsaba de la vida pero a la vez me sumergía en su misterio. Era la paradoja de mi existencia, la que vivía desde que empecé a escribir.
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La lluvia amarilla de Julio Llamazares
Hasta los veinte o treinta años , uno cree que el tiempo es un río infinito , una sustancia extraña que se alimenta de sí misma y nunca se consume . Pero llega un momento en el que el hombre descubre la traición de los años . Llega siempre un momento en el que de repente , la juventud se acaba y el tiempo se deshiela como un montón de nieve atravesado por un rayo . A partir de ese instante ya nada vuelve a ser igual que antes . A partir de ese instante , los días y los años empiezan a acortarse y el tiempo se convierte en un vapor efímero que envuelve poco a poco el corazón adormeciéndolo.
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La lluvia amarilla de Julio Llamazares
El tiempo es una lluvia paciente y amarilla que apaga poco a poco los fuegos más violentos. Pero hay hogueras que arden bajo la tierra, grietas de la memoria tan secas y profundas que ni siquiera el diluvio de la muerte bastaría tal vez para borrarlas.
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La lluvia amarilla de Julio Llamazares
A veces crees que lo has olvidado todo , que el óxido y el polvo de los años han destruido todo lo que alguna vez confiamos a su apetito voraz . Pero basta con un ruido , un olor , un toque repentino , inesperado , y de pronto el aluvión del tiempo nos barre sin piedad , y nuestros recuerdos se iluminan con todo el brillo y la furia de un relámpago
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Luna de lobos de Julio Llamazares
Ese hombre al que el espejo de la lluvia, en la montaña, devuelve sin embargo la memoria de lo que siempre ha sido: un hombre perseguido y solitario. Un hombre acorralado por el miedo y la venganza, por el hambre y el frio. Un hombre al que incluso se le niega el derecho de enterrar el recuerdo de los suyos.
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La lluvia amarilla de Julio Llamazares
El tiempo fluye siempre igual que el río, melancólico y equívoco al principio, precipitándose a sí mismo a medida que los años van pasando. Como el río, se va enredando entre las ovas tiernas y el musgo de la infancia. Como él se despeña por los desfiladeros y los saltos que marcan el inicio de su aceleración. Hasta los veinte o treinta años uno cree que el tiempo es un río infinito, una sustancia extraña que se alimenta de si misma y nunca se consume. Pero llega un momento que el hombre descubre la traición de los años. Llega siempre un momento en el que, de repente, la juventud se acaba y el tiempo se deshiela como un montón de nieve atravesado por un rayo. A partir de ese instante ya nada vuelve a ser igual que antes. A partir de ese instante, los días y los años empiezan a acortarse y el tiempo se convierte en un vapor efímero...
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La lluvia amarilla de Julio Llamazares
El tiempo, es una lluvia paciente y amarilla que apaga poco a poco los fuegos más violentos
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El río del olvido de Julio Llamazares
El paisaje es memoria. Más allá de sus límites, el paisaje sostiene las huellas del pasado, reconstruye recuerdos, proyecta en la mirada las sombras de otro tiempo que sólo existe ya como reflejo de sí mismo en la memoria del viajero o del que, simplemente, sigue fiel a ese paisaje.
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Vagalume de Julio Llamazares
El tiempo todo lo borra, pero también lo iguala y lo desfigura como si fuera un caleidoscopio infinito.
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La lluvia amarilla de Julio Llamazares
El tiempo es un rio infinito, una sustancia extraña que se alimenta de sí misma y nunca se consume.
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¿De qué nacionalidad es Edgar Allan Poe?