Rayuela de Julio Cortázar
...convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual de nuestras vidas.
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Rayuela de Julio Cortázar
...convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual de nuestras vidas.
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Cuentos completos I de Julio Cortázar
"La juventud de Paula ha sido triste y silenciosa, como ocurre en los pueblos a toda muchacha que prefiera la lectura a los paseos por la plaza, desdeñe pretendientes regulares y se someta al espacio de una casa como suficiente dimensión de vida." (Pág. 59 "Bruja").
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Rayuela de Julio Cortázar
(...)Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.(...) + Leer más |
Rayuela de Julio Cortázar
Una cosa es la música que puede traducirse en emoción y otra la emoción que pretende pasar por música.
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Cuentos completos II de Julio Cortázar
Me fui al baño y me quedé un rato tratando de no mirarme en el espejo, de no encontrar también allí y horriblemente eso que yo había sido mientras me contaba la historia y que sentía ahora de nuevo pero aquí, ahora esta noche, eso que empezaba lentamente a ganar mi cuerpo (...).
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Julio Cortázar
El NIÑO BUENO No sabré desatarme los zapatos y dejar que la ciudad me muerda los pies no me emborracharé bajo los puentes, no cometeré faltas de estilo. Acepto este destino de camisas planchadas, llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras. El largo desarreglo de los sentidos me va mal. Opto por el dentífrico y las toallas. Me vacuno. Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en una fuente para traerte un pescadito rojo bajo la rabia de gendarmes y niñeras. |
Cuentos completos I de Julio Cortázar
"Me acerqué a mi cadáver. Toqué una mano y me rechazó su frío. En la boca había un hilo de espuma y gotas de sangre se encendían en la almohada informe, torcida, casi debajo de la espalda. La nariz, repentinamente afilada, mostraba venas que yo había desconocido hasta ahora. Comprendí todo lo que había sufrido antes de morir. Mis labios estaban apretados, malvadamente duros, y por entre los párpados entreabiertos me miraban mis ojos verde-azules, con un reproche fijo." (Pág. 51 "Retorno de la noche").
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Cuentos completos I de Julio Cortázar
"Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire." (Pág.549).
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Rayuela de Julio Cortázar
A veces me convenzo de que la estupidez se llama triángulo, de que ocho por ocho es la locura o un perro.
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Rayuela de Julio Cortázar
En seguida me di cuenta que no me necesitabas. Hacíamos el amor como dos músicos que se juntan para tocar sonatas.
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Rayuela de Julio Cortázar
Qué voy a escribir, para eso hay que tener alguna certidumbre de haber vivido.
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Rayuela de Julio Cortázar
Para definir y entender habría que estar fuera de lo definible y lo entendible.
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Rayuela de Julio Cortázar
Durante mucho tiempo esperó un milagro, que el sueño que ella iba a contarle por la mañana, fuese también lo que él había soñado.
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Rayuela de Julio Cortázar
Las nubes aplastadas y rojas sobre el barrio latino de noche, el aire húmedo con todavía algunas gotas de agua que un viento desganado tiraba contra la ventana malamente iluminada, los vidrios sucios, uno de ellos roto y arreglado con un pedazo de esparadrapo rosa. Más arriba, debajo de las canaletas de plomo, dormirían las palomas también de plomo, metidas en sí mismas, ejemplarmente antigárgolas. Protegido por la ventana el paralelepípedo musgoso oliente a vodka y a velas de cera, a ropa mojada y a restos de guiso, vago taller de Babs ceramista y de Ronald músico, sede del Club, sillas de caña, reposeras desteñidas, pedazos de lápices y alambre por el suelo, lechuza embalsamada con la mitad de la cabeza podrida, un tema vulgar, mal tocado, un disco viejo con un áspero fondo de púa, un raspar crujir crepitar incesante, un saxo lamentable que en alguna noche del 28 o 29 había tocado como con miedo de perderse, sostenido por una percusión de colegio de señoritas, un piano cualquiera. + Leer más |
Cuentos completos II de Julio Cortázar
Arrodillado junto a un manantial, el adolescente se ha quitado el casco y sus rizos sombríos le caen sobre los hombros. Ya ha bebido y tiene los labios húmedos, gotas de un bozo de agua, la lanza yace al lado, descansando de una larga marcha.
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Papeles Inesperados de Julio Cortázar
Ya sé, Mireille, es obsceno escribir estas cosas, darlas a los mirones. Qué quieres, están los que van a confesarse a las iglesias, están los que escriben interminables cartas y también los que fingen urdir una novela o un cuento con sus aconteceres personales. Qué quieres, el amor pide calle, pide viento, no sabe morir en soledad. Detrás de este triste espectáculo de palabras tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas, de que no haya muerto del todo en tu memoria (103).
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Gregorio Samsa es un ...