Un hotel junto al mar de Julie Klassen
Viola se marchó pensando para sus adentros: «El viejo déspota. Efectivamente»
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Un hotel junto al mar de Julie Klassen
Viola se marchó pensando para sus adentros: «El viejo déspota. Efectivamente»
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Un hotel junto al mar de Julie Klassen
Un alma solitaria puede hacer muy poco, pero juntos... podemos crear una belleza perdurable.
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Un hotel junto al mar de Julie Klassen
Si le sucedía algo a Vi... su malhumorada, exasperante y amada hermana gemela, no podría soportarlo.
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Un hotel junto al mar de Julie Klassen
Las brasas casi extintas, forzadas a despertarse y convertirse en una llama viva, destruyeron la prueba de su estupidez.
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Un hotel junto al mar de Julie Klassen
A veces las personas que necesitan ayuda se muestran reticentes a pedirla.
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Un hotel junto al mar de Julie Klassen
A menudo le damos demasiada importancia a cómo nos ven los demás, cuando la verdad es que el resto de la gente está más preocupada por cómo los vemos nosotros.
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Un hotel junto al mar de Julie Klassen
A veces las personas que necesitan ayuda se muestran reticentes a pedirla
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Las sombras de Swanford Abbey de Julie Klassen
Temía que aquello fuese un verdadero adiós y deseó que aquella palabra tan simple no tuviera un significado tan definitivo.
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Las sombras de Swanford Abbey de Julie Klassen
Había vivido una vida bastante solitaria, así que había perdido la costumbre de verse rodeado de gente y de tener que mantener conversaciones triviales.
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En la casa del guarda de Julie Klassen
Sin su reputación, es decir, su capacidad personal ante ella misma y los demás para tomar decisiones propias y convenientes, una chica no tendría nada, y no le sería posible acceder al matrimonio con un hombre honorable.
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El puente a Belle Island de Julie Klassen
“Todos cometemos errores. Precisamente lo que forja nuestro carácter es la forma en la que respondemos ante ellos”
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El profesor de baile de Julie Klassen
"Usted, señorita Midwinter, es una dama. No permita que ningún hombre la trate como si fuera menos".
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El puente a Belle Island de Julie Klassen
Sabía de primera mano que la confianza (tanto en uno mismo como en otra persona) era muy difícil de recuperar.
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El puente a Belle Island de Julie Klassen
Qué maravilloso era ser una joven enamorada y estar tan segura de la devoción de tu amado.
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El puente a Belle Island de Julie Klassen
Se fijó en los grandes sauces llorones a lo largo del sendero, con las ramas dobladas hacia abajo, como si estuvieran cargando el peso del dolor.
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El profesor de baile de Julie Klassen
—No diga esas palabras tan feas —replicó lady Amelia con el cuello enrojecido. —¿Por qué no? Si es la verdad. —La verdad es algo extraña, Julia. Y no es tan sencillo como les gusta creer a los jóvenes. |
El profesor de baile de Julie Klassen
Al contemplar el terreno de la propiedad esta mañana, se había sentido incómoda en su propia piel y vacía por dentro. Le faltaba algo... llevaba toda la vida faltándole algo punto y estaba muy segura de que no iba encontrarlo dentro de los muros de Buckleigh Manor.
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El profesor de baile de Julie Klassen
Bailó un hornpipe, una danza solitaria consistente en mover los pies y mantener estática la parte superior del cuerpo, con los brazos a los lados. El hornpipe se bailaba desde hacía tiempo en los barcos para que los hombres que vivían en camarotes pequeños hicieran ejercicio regular. Así se sentía él al tener que vivir en la pequeña casa de su tío, al tener que comportarse de manera perfecta a todas horas. Así se sentía él al tener que trabajar en Buckleigh Manor, sentado a la pequeña mesa del despacho del señor Barlow. Al tratar de ser quien ellos querían que fuese. No cabía espacio para él mismo. No había libertad.
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El profesor de baile de Julie Klassen
—El baile está aquí mal visto. —¿En sabbat, te refieres? —se interesó Alec—. Aurora solo estaba marcando los pasos de una variación que estaba tocando. Me temo que es culpa mía, no de ella. —No, no es solo en sabbat —respondió el tío Ramsay—. Aquí no se permite bailar, ningún día. |
El profesor de baile de Julie Klassen
En su primer día completo en Devonshire, Alex Valcourt salir de la iglesia con el bonito rostro de la señorita Midwinter todavía en la mente. Era preciosa, sí, y ya lo sabía. Le recordaba a muchas señoritas consentidas a las que les gustaba flirtear con él que había conocido; practicaban sus destrezas de seducción y de baile, pero solo con la esperanza de dar caza al caballero que fuera mejor partido en el futuro.
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?