La noche del dragón de Julie Kagawa
—Mi vida es tuya —dijo simplemente, su voz apenas por encima de un murmullo. Una palma enmarcó el costado de mi cara y sus dedos largos de piel callosa presionaron mi mejilla—. Tú me diste un propósito de nuevo, Yumeko. Por mi honor, me aseguraré de que tengas un hogar adonde regresar.
|