Deseo Rebelde de Julie Garwood
Así como él había declarado que ella no lo doblegaría, ahora ella prometía que tampoco se doblegaría ante él. Claro, él solo había hablado de hacerla suya, pero ella quería mucho más. ¡Pobre hombre! Si casi sentía compasión por él. ¡Casi! Pero no podía mostrar ninguna piedad, no si quería triunfar. No si iba a reformar a Bradford y adaptarlo a sus propósitos. Con una sonora carcajada pensó que, con la ayuda de Dios, tal vez podría conseguirlo. Era un truhán y un libertino, pero Caroline acababa de aceptar que fuese su truhán y su libertino. Lo haría suyo, pero en sus términos, no en los de él. Sí, amaba a ese hombre arrogante y, si era necesario mover cielo y tierra, encontraría una manera de hacer que él la amase. |