Edenbrooke de Julianne Donaldson
—¡Se pone tan adorable cuando me insulta! Di media vuelta con brusquedad y me encaminé hacia los caballos. ¡Qué hombre tan escandaloso, poco decoroso y odioso! Nunca me dejaría tranquila; nunca se conformaría con ser solo mi amigo; ¡y siempre me haría sentir infantil y azorada con su coqueteo infernal! Me sentía alterada u avergonzada por un millón de razones, entre ellas el haber pensado en besar a aquel hombre escandaloso, poco decoroso y odioso. |