El vizconde que me amó de Julia Quinn
Anthony observó cómo se iba quedando dormida y luego se quedó mirándola en su sueño. Observó la manera en que sus ojos se movían a veces bajo los párpados soñolientos. Calculó el ritmo de su respiración contando las suaves ascensiones y caídas de su pecho. Escuchó cada suspiro, cada sonido entre dientes...Hay ciertos recuerdos que un hombre quiere grabar en su cerebro, y éste era uno de ellos.
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