La casa de modas de Julia Kröhn
Ni la Gestapo en sus tiempos había hecho desaparecer a Alma, y eso que era una odiada socialista y feminista. Apenas la habían retenido unos días, aunque fueron suficientes para quebrarla. ̶ Por lo menos solo lograron romperme en dos y no en mil pedazos ̶ solía afirmar con un tono lapidario. Sus ojos, entretanto, permitían entrever lo que su boca no admitía ̶ . Ahora solo una parte de mí sueña con un mundo mejor; la otra, tiene pesadillas de un mundo aún peor. |