Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
Mientras el corazón late, mientras el cuerpo y el alma siguen juntos, no puedo admitir que cualquier criatura dotada de voluntad tiene necesidad de perder la esperanza en la vida.
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Calificación promedio: 5 (sobre 988 calificaciones)
/El escritor, periodista y cineasta, Diego Osorno, conversa con Harold Torres acerca del gran interés que ha tenido por la lectura desde niño (cuando leía periódicos y cualquier texto que llegara a sus manos) cultivando esta pasión hasta formar una impresionante biblioteca que actualmente consta de más de cinco mil ejemplares. De su voz escuchamos el poema Nocturno de la calzada Madero, cuyo autor inspiró la creación del documental Vaquero de medio día dirigido por nuestro invitado. Libros leídos: Los periodistas de Vicente Leñero Un manifiesto del periodismo infrarrealista de Diego Osorno (texto escrito para el primer confeccionario del Encuentro Nuevos Cronistas de Indias' Al pie de un volcán te escribo de Alma Guillermoprieto Nadar sabe mi llama de Samuel Loyola Los detectives salvajes de Roberto Bolaño Libros mencionados: Los albañiles de Vicente Leñero Asesinato de Vicente Leñero Los presidentes de Julio Scherer Autores mencionados: Arthur Conan DoyleJulio Verne Julio Scherer John Lee Anderson Alma Guillermoprieto Rafael Rodríguez Castañeda Juan Villoro Guillermo Prieto Nicanor ParraMario Santiago PapasquiaroGonzalo RojasPablo NerudaVicente HuidobroFrancisco de QuevedoOctavio Paz
Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
Mientras el corazón late, mientras el cuerpo y el alma siguen juntos, no puedo admitir que cualquier criatura dotada de voluntad tiene necesidad de perder la esperanza en la vida.
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Viaje al centro de la Tierra de Julio Verne
Mientras el corazón palpite, en tanto que la carne viva, no admito que un ser dotado de voluntad se entregue a la desesperación.
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En el siglo XXIX: La jornada de un periodista americano en el año 2889 de Julio Verne
Los hombres de este siglo XXIX viven en medio de una hechicería continua, sin parecer darse cuenta de ello; abrumados de maravillas, permanecen fríos e indiferentes ante las que el progreso les aporta cada día.
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El doctor Ox de Julio Verne
-¿Y bien, Igeno, y bien? -exclamó el doctor Ox restregándose las manos-. ¡Ya los ha visto ayer, a esos buenos quiquendoneses de sangre fría que ocupan en cuanto a la viveza de pasiones el término medio entre las esponjas y las excrecencias coralígenas! ¡Los ha visto disputando y provocándose con la voz y el ademán! ¡Ya están metamorfoseados moral y químicamente! Y ahora no hacemos más que empezar. Espere para contemplarlos cuando los tratemos a altas dosis. |
Los hijos del capitán Grant de Julio Verne
—El tui engorda tanto en invierno que contrae una verdadera polisarcia —decía Paganel al mayor—. De tan gordo que se pone no puede volar, entonces se destroza el pecho a picotazos para desprenderse de su gordura y hacerse más ligero. ¿No le parece curioso esto, Mac Nabbs? —Tan curioso que no lo creo —respondió el mayor. |
El dueño del mundo de Julio Verne
Aquel ingenio mecánico llegaba cual tromba, precedido de un rugido formidable, y el aire, desplazando violentamente, hacia chocar el ramaje de los árboles del camino como si las moviera el más temible de los huracanes.
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La vuelta al mundo en ochenta días de Julio Verne
—[...] ¿Sabe que con las señas que ha recibido, ese ladrón se parece absolutamente a un hombre de bien? —Señor cónsul, [...] los grandes ladrones se parecen siempre a los hombres honrados. |
El castillo de los Cárpatos de Julio Verne
Castillo abandonado, castillo encantado, castillo de visiones. La viva y ardiente imaginación de la gente lo pobló en seguida de fantasmas, de aparecidos y espíritus que regresan en las horas de la noche. Así es como suceden las cosas en algunos parajes supersticiosos de Europa, y Transilvania puede aspirar a situarse en el primer puesto.
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La vuelta al mundo en ochenta días de Julio Verne
La Tierra es más pequeña, puesto que puede ser recorrida diez veces más rápido que hace cien años.
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La vuelta al mundo en ochenta días de Julio Verne
¿Qué beneficios le había reportado el viaje? Nada, me dirán. Nada, quizá, a no ser una encantadora mujer que, aunque parezca mentira, le hizo el más feliz de los mortales. Verdaderamente, ¿no daría cualquiera, por menos que eso, la vuelta al mundo?
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Julio Verne fue un escritor, poeta y dramaturgo...