El hijo del Mississippi de Juan de Dios Garduño Cuenca
No sabe cuántas horas remó, pero cada cierto rato desfallecía y se imaginaba a los Hickok paseando impunemente por Hannibal.
|
El hijo del Mississippi de Juan de Dios Garduño Cuenca
No sabe cuántas horas remó, pero cada cierto rato desfallecía y se imaginaba a los Hickok paseando impunemente por Hannibal.
|