Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
El amor tiene una sed de absoluto. No me refiero a su carácter posesivo, sino a la necesidad de compartirlo todo y conocer al otro, hasta donde eso es posible.
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
El amor tiene una sed de absoluto. No me refiero a su carácter posesivo, sino a la necesidad de compartirlo todo y conocer al otro, hasta donde eso es posible.
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
Me eligió como se elige un libro en una biblioteca. Ignoro si me escogió por el título, el lomo, la portada, la tipografía o por mi ubicación entre otros libros. No sé qué clase de texto fui para ella.
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
Una biblioteca es una lluvia que se detiene, pero no por mucho rato. Los libros siempre están en movimiento. Hay que encontrarles acomodo. Llega uno nuevo y debes desplazar todos los restantes. No sé si he pasado más tiempo leyendo o moviendo libros.
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
“El mundo existe para convertirse en libro. Todo lo que nos rodea ya es un libro, y la biblioteca es su resumen." (Mallarmé) |
Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
Apenas me quedan pestañas. Dirán que nunca las tuve. Falso: las ofrendé como ofrendé mi vista. Una biblioteca es un banco de ojos. Aquí están las miradas que han donado los lectores.
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
Cuando no estoy leyendo me eclipso con facilidad, me encierro en una nube, como si buscara un libro.
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El libro salvaje de Juan Villoro
Los libros sirven para recordar lo que se ha escrito pero también cosas que están fuera de los libros.
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
Una biblioteca es una colección de amores, repudios, sospechas y nostalgias, por lo que dicen sus volúmenes, pero también por el modo en que han sido leídos.
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También me gustaba su boca dura. La boca de una cabrona impositiva que de pronto se relaja con una sensualidad que casi asusta. La fealdad puede convertirse en la virtud para quien sabe tolerarla. Apreciar su boca dura me hacía sentir virtuoso. Además, pocas cosas superan la rendición de una mujer que ha estado de malas todo el día. Es una conquista superior, como descubrir un oasis después de atravesar un desierto. Soledad me brindaba ese efecto de contraste: un placer, largamente pospuesto, casi imposible, surgido de su pésimo carácter.
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
Miraba con tal enjundia que pensé que ante sus ojos los libros se clasificarían solos. Y no me equivoqué. Ordenó los libros con una dedicación que sólo puede tener alguien que los odia. Eran sus prisioneros; los mantenía a raya con crueldad.
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
La lluvia matiza las cosas, por eso a Pessoa le gusta que caiga en diagonal. No es una lluvia enfática, destructiva; cae con la timidez de lo que arruina un poco sin estropear nada. Esa lluvia tiene una manera buena de ser triste.
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César Vallejo imagina así su último suspiro: “Me moriré en París con aguacero/ un día del cual tengo ya el recuerdo”. La tristeza que se puede recordar es hermosa; el poeta anticipaba su fin como algo ya sucedido e incluso recordado, un jueves, bajo la lluvia, esa alta fantasía.
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
Los poetas se liberan del mundo con la lluvia y al mismo tiempo logran una melancolía llevadera, la de un día nublado donde ni siquiera lo peor es completamente atroz.
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
Para tranquilizarme, para no tocar fondo en la locura, para mantener un anhelo, pensé que ella quería conocerme de otro modo. La vida de los gustos compartidos que me había vedado hasta entonces podía llegarle a través de ese volumen, el más codiciado de los míos. Leer eso era una forma de quererme. ¿Por qué no me preguntaba mi opinión? ¿Por qué no me pedía el libro? ¿Por qué no podíamos leerlo juntos?
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
Su belleza me dejaba sin argumentos. Sus ojos me obligaban a darle la razón. No quería perderla.
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
Fue un erudito que logró ocultar lo que sabía. Hablaba doce idiomas y logró guardar silencio en todos ellos.
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
En este país, quienes leemos en serio acabamos por conocernos tan bien que nos tememos. No es fácil prestarle libros a alguien que los ama lo suficiente para no devolverlos. Entre perder una amistad y perder un libro, cualquier bibliófilo prefiere perder una amistad.
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Conferencia sobre la lluvia de Juan Villoro
Vivo entre libros. Conozco su circulación, la manera en que se ordenan, la dificultad para obtenerlos y preservarlos. Trabajo en una biblioteca. Una conferencia se parece al préstamo de un libro, quien habla es un intermediario. Tal vez en el futuro todos los libros se descarguen en una tableta encendida y sus letras caigan como una lluvia solitaria, tal vez soy uno de los últimos prestamistas que unían a las personas a través de los libros. Supongo que no seremos totalmente prescindibles; no del todo. Los volúmenes impresos en papel obligan a que las personas se conecten; pasan de unas manos a otras. Mientras haya necesidad de encontrar otras manos, habrá libros de papel. Lo más importante de los libros son las manos que los entregan.
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¿De qué nacionalidad es Edgar Allan Poe?