El entenado de Juan José Saer
"(...) porque la muerte de cada hombre es única y era ese hombre y ningún otro el que se moría. En eso se revelan iguales muerte y recuerdo: en que son, para cada hombre, únicos, y los hombre que creen tener, (...), un recuerdo común, no saben que tienen recuerdos diferentes y que están condenados a la soledad de esos recuerdos como a la de la propia muerte"
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