Todo arde de Juan Gómez-Jurado
Hay una cosa cierta sobre la ducha. Si te la saltas dos días, te sientes repugnante, asqueroso. si te la saltas cinco, el cuerpo se va haciendo a la idea y ya son los demás los que tienen el problema. A partir del décimo, te va apareciendo normal apañarte en el lavabo de un bar con el baño reactor -las alitas y el motor.
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