La leyenda del ladrón de Juan Gómez-Jurado
El tañido comenzó fuerte y sereno para volverse rápido, agudo y alegre. El sonido era inconfundible. Las campanas de la catedral anunciaban, aquel 23 de abril de 1591, la partida hacia las Indias de la flota. En el Arenal, como siempre, había ambiente de fiesta y optimismo. Aquel año, debido a la terrible hambruna que habían padecido y a lo largo que se les había hecho el invierno, los sevillanos mostraron una alegría aún más desbordante. |