El Paciente de Juan Gómez-Jurado
Aquí en el corredor de la muerte hay un tipo a cuatro celdas de distancia, un tal Snow, que se pasa todo el día jugando al solitario. Dice que lo más importante para ganar es arrancar con buenas cartas. Si la mano de partida le sale mala, simplemente recoge sus naipes y comienza de nuevo, como si tuviese todo el tiempo del mundo. No es así. A Snow le quedan seis semanas, así que dentro de muy poco lo veremos caminar pasillo abajo. Ese imperioso deseo de comenzar de nuevo, de borrar las cartas que el destino te ha repartido, es un sentimiento engañoso y perturbador. Todos lo hemos sentido alguna vez, aunque nunca es más acuciante, devastador y peligroso que cuando está alimentado por la culpa y el remordimiento. Entonces es capaz de volver loco a un ser humano. No es de extrañar que casi todos en este lugar acaben clínicamente chalados. No existe el borrón y cuenta nueva. |