La tierra maldita de Juan Francisco Ferrándiz
-Acepté la cátedra sólo por despecho hacia mis rivales -confesó Frodoí-. Pensaba que si renovaba el obispado, Hincmar de Reims me cubriría de honores y sería yo quien reiría al final, pero luego al informarme, me intrigó que Barcelona siguiera en pie tras tantos ataques y revueltas.Me pregunté acto seguido si yo podía hacer algo. Hoy he visto una ciudad que agoniza. (página. 107).
|