Dura, brutal, divertida y sangrienta a partes iguales. Y con ganas de más, de mucho más, dando pena según vas viendo que quedan pocas páginas. Si la primera parte fue bestia, en esta segunda se quitan todos los complejos y a por todas, que nadie quede en pie. No es para mojigatos, si leemos la introducción ya nos dicen que va a pasar, pero no tanto como pasa. La historia es una sucesión de la primera parte como un todo, sin fallos y deseando coger la tercera parte y, QUE HAYA MÁS. |