Riesgos de los viajes en el tiempo de Joyce Carol Oates
Y entonces, en aquel lugar donde vivía en la más radical de las soledades, me enamoré. No fue la primera persona que me miró con amabilidad [...] Ni con aire protector. Ni siquiera con curiosidad. Fue la primera persona que supo. Al mirarme, supo en un instante quién era. Lo que era. |