Un libro de mártires americanos de Joyce Carol Oates
- ¡Atrás! ¡Baje esa arma! Y otros gritaron: - ¡No! ¡No! El señor ejecutó mis movimientos tan deprisa que los ojos del enemigo ni siquiera tuvieron tiempo de reflejar miedo o alarma. No manifestaron terror alguno, tan solo sorpresa pura y simple. |