Como el color del brezo de Josephine Lys
(…) Quería ser amada y amar en un mundo donde los enlaces por amor eran la excepción, en donde la obligación, el honor y el deber iban por delante de los deseos más íntimos. Siempre había sabido lo que deseaba, pero solo ahora entendía que en su fuero interno nunca había aceptado un destino que no fuera ese. No podía doblegarse a los designios de su padre y casarse con McDonall. Ella quería la libertad que podría alcanzar si escapaba, o la muerte.
|