El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad
Frío, niebla, bruma, tempestades, enfermedades, exilio, muerte acechando siempre tras los matorrales, en el agua, en el aire. ¡Deben haber muerto aquí como las moscas! (cap. 1)
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El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad
Frío, niebla, bruma, tempestades, enfermedades, exilio, muerte acechando siempre tras los matorrales, en el agua, en el aire. ¡Deben haber muerto aquí como las moscas! (cap. 1)
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El agente secreto de Joseph Conrad
La total inmovilidad de su postura manifestaba la agitación de furia y desesperación, todo el potencial de violencia de las pasiones trágicas, mejor que podría haberlo hecho una escena de gritos y golpearse la cabeza contra la pared con gestos enloquecidos.
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Una avanzada del progreso de Joseph Conrad
Vivían como ciegos en una habitación grande, conscientes sólo de lo que entraba en contacto con ellos (y de eso sólo de un modo imperfecto), pero incapaces de ver el aspecto general de las cosas.
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El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad
Pude distinguir cada una de sus costillas, y las articulaciones de sus miembros eran como nudos en una soga; cada uno llevaba un argolla de hierro en el cuello, y todos estaban unidos por una cadena, cuyos eslabones oscilaban entre ellos al tiempo que tintineaban rítmicamente.
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Amy Foster de Joseph Conrad
Recuerdo que, antes de caer la noche, volví a contemplar las siluetas de su arboladura y de su jarcia, que se recortaban negras y puntiagudas sobre un fondo de nubes desgarradas color pizarra y, más a la izquierda, la aguja más fina del campanario de Brenzett.
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La línea de sombra de Joseph Conrad
Una verdad, una fe, una generación de hombres pasa, se olvida, ya no cuenta. Excepto para aquellos pocos, tal vez, que creyeron esa verdad, profesan esa fe o amaron a esos hombres.
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Entre Mareas: "El colono de Malata" y "Por causa de unos dólares" de Joseph Conrad
Y sin embargo, una mujer como usted y un hombre como yo, no coinciden a menudo sobre la tierra.
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El agente secreto de Joseph Conrad
No podemos conocer el alcance de las ideas si no conocemos a los hombres que las tienen
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El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad
La conquista de la tierra en su mayor parte no consiste más que en arrebatársela a aquellos que tienen una piel distinta o la nariz ligeramente más achatada que nosotros
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El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad
Él pudo verlo y disfrutarlo mientras estuvo en condiciones de ver, porque el aprecio a ese material le duró hasta el final.
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El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad
El silencio de la tierra se adentraba en el mismo corazón de uno, con su misterio, con su grandeza, con la asombrosa realidad de su vida oculta.
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El agente secreto de Joseph Conrad
Una persona sistemáticamente desprovista de curiosidad siempre resulta parcialmente misteriosa.
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El agente secreto de Joseph Conrad
Toda idealización empobrece la vista. Embellecerla es quitarle su carácter de complejidad, es destruirla.
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El corazón de las tinieblas (edición ilustrada) de Joseph Conrad
Éramos vagabundos en medio de una tierra prehistórica, de una tierra que tenía el aspecto de un planeta desconocido. Nos podíamos ver a nosotros mismos como los primeros hombres tomando posesión de una herencia maldita, sobreviviendo a costa de una angustia profunda de un trabajo excesivo.
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El corazón de las tinieblas (edición ilustrada) de Joseph Conrad
----No, es imposible; es imposible comunicar la sensación de vida de una época determinada de la propia existencia, lo que constituye su verdad, su sentido, su sutil y penetrante esencia, lo que constituye su verdad, su sentido, su sutil y penetrante esencia. Es imposible. Vivimos como soñamos... solos.
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El corazón de las tinieblas (edición ilustrada) de Joseph Conrad
Evite usted la irritación más que los rayos solares. Adios. ¿Cómo dicen ustedes, los ingleses? Good-bye. ¡Ah! Good-bye. Adieu.
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El corazón de las tinieblas (edición ilustrada) de Joseph Conrad
"No soy tan tonto como parezco, les dijo Platón a sus discípulos, recitó sentenciosamente.
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El corazón de las tinieblas (edición ilustrada) de Joseph Conrad
La conquista de la tierra, que por lo general consiste en arrebatársela a quienes tienen una tez de color distinto o narices ligeramente más chatas que las nuestras, no es nada agradable cuando se observa con atención. Lo único que la redime es la idea. Una idea que la respalda: no un pretexto sentimental sino una idea; y una creencia generosa en esa idea, en algo que se puede enarbolar, ante lo que uno puede postrarse y ofrecerse en sacrificio.
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Gregorio Samsa es un ...