Filosofía para resistir el embate impersonal de los nuevos tiempos. Antidepresivo y ansiolítico a la vez, el autor llama a rescatar lo sencillo y cotidiano de la vida para rescatarnos a nosotros mismos. Muy especial la metáfora del cuenco formado con las manos como signo de don y ofrecimiento; y el techo de forma convexa como señal de refugio y amparo.
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