Prosa literaria y política / Poesía lírica / El estudiante de Salamanca / El dia de José de Espronceda
Fragmento Y a la luz del crepúsculo serena, solos vagar por la desierta playa, cuando allá, mar adentro, en su faena cantos de amor el marinero ensaya y besa blandamente el mar la arena, la luna en clama al horizonte raya, y la brisa que tímida suspira, dulces aromas y frescor respira, Y húmedos ver sus ojos de ternura, que abren al alma enamorada un cielo, extáticos de amor y de dulzura con blando, vago y doloroso anhelo, magia el amor prestando a su hermosura, y el pensamiento detenido el vuelo allí donde encontró la fantasía ciertas las dichas que soñó algún día. Y respirar su perfumado aliento, y al rumor palpitar de sus vestidos, penetrar su amoroso pensamiento y contar de su pecho los latidos, exhalar de infinito sentimiento tiernos suspiros, lánguidos gemidos, mientras a libar sus néctares provoca blanda sonrisa en la entreabierta boca. |