Motivos de José María Eguren
Pedrería Del Mar Tendida hacia las olas, color de lazulita, con sus rampas de arena, se dilata en la costa la pedrería del mar. Los tonos silíceos hierven en la espuma con sus cuarzos dorados y opalinos. Infinitud de gemas de colores, multiplicidad de formas caprichosas cubren los estuarios con el preciosismo misterioso del mar. De las fuerzas elementales, el mar es la de mayor vivencia. De los aspectos de la Naturaleza, el océano es el más emocional. Miradlo de improviso y os parecerá animado; un ser vivo. Proceloso o durmiente impone en todo tiempo. Qué sería del hombre si tuviera el mar arriba en vez del cielo, su inquietud llegaría a ser mortal. Pero este coloso caído, este genio aprisionado, es por antinomia una alegría. Siempre nos atrae la dirección del mar. Parece que a él concurren todos los caminos. Es el arquetipo del movimiento, el ir y el devenir; en la nube pasajera como en el canto rodado está patente el signo de los viajes. El mar es tan misterioso como la noche, pues guarda la noche en su fondo. Guarda una noche colorida, la de los magos reflectores. Sus calamares gigantescos iluminan los corales y las islas de fuego titilan en los verdes encantados. De aquí los castillos imagineros, los palacios de la reina del mar. La leyenda de las rocas, la leyenda de la espuma y de la madreperla. El mar fluye su fantasía propia diferente de la del campo y la del cielo; fantasía cristalina y de colores glaucos. El mar engalana sus riberas con primor incansable, con diminutas bellezas, que son palpables indicios de sus ocultas maravillas. |