La vieja sirena de José Luis Sampedro
Al animal le duele la carne, pero no sufre el espíritu (...). Lo humano es vivir el sufrimiento dándole sentido. Abrazamos la pasión para intensificar nuestra vida pues, como los desollados, nos aporta sensaciones en carne viva, pero con el amor llega inevitable el sufrimiento, distinto del dolor.
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