Lágrimas de oro de José Luis Gil Soto
El Inca había caído al suelo y se había golpeado, lo cual era tan insólito cómo decir que el Sol se había precipitado sobre la tierra porque alguien había conseguido doblegarlo.
|
Lágrimas de oro de José Luis Gil Soto
El Inca había caído al suelo y se había golpeado, lo cual era tan insólito cómo decir que el Sol se había precipitado sobre la tierra porque alguien había conseguido doblegarlo.
|