Ama de José Ignacio Carnero
La historia, a veces, la escriben los vencedores, o eso dicen, pero, en otras ocasiones, basta con estar vivo y saber mínimamente escribir para contar las cosas como a uno le parecieron que sucedieron. Aunque se mienta, aunque se describa algo que ya se desvanece y pierda sus contornos, aunque todo sea mentira. Aunque fuera así, es suficiente. Es suficiente para decir que ama siempre se asomaba para despedirse de mí cuando yo volvía a Barcelona.
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