Confinados de Jordi Évole
a través de las calles de una Barcelona vaciada, desconocida y extraña, tenía la sensación de estar en mitad de un sueño. O de una pesadilla. O en mitad de un escenario propio de una película de ciencia ficción. ¿Quién se podría haber imaginado solo unas semanas antes que todo esto ocurriría?
|