Llamando a las puertas del cielo de Jordi Sierra i Fabra
—¿Qué tal es? —Responde a la leyenda —reconoció—. Parece todo un carácter. —Por lo menos sé que estás en buenas manos. —Mamá… —Lo siento, cariño —suspiró la mujer—. Tú te sentirás muy mayor y todo lo que quieras, pero para mí sólo tienes diecinueve años. A tu edad yo sólo había ido a París, Londres, Roma y Nueva York. —Pues ya es mucho más de lo que yo he viajado —le recordó. —Me refiero a que una cosa es viajar por Occidente y otra… |