Las crisálidas de John Wyndham
El deber y propósito de un hombre en este mundo es combatir sin tregua los males creados por la Tribulación. Por encima de todo tiene que velar por que la forma humana siga siendo fiel al patrón divino, hasta que un día se le permita reconquistar la cumbre que, como imagen de Dios, se le concedió.
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