Wreckers de Jònia Anatòlia
Todos en Wëilai sabíamos que el respeto era un derecho con el que nacíamos, que no era justo arrebatarle la libertad a nadie, que todos teníamos derecho a vivir en igualdad de condiciones sin importar dónde hubiéramos nacido, el dinero que tuviéramos, nuestro sexo, el color de la piel o nuestras diversidades… Y todos en Wëilai sabíamos que antes de nuestra nación aquello no existía.
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