Bélver Yin de Jesús Ferrero
Es extraño pasear solo por un camino, ¿verdad? El vernos solos por una ruta elaborada por miles y miles de pisadas, tiene algo de espantoso, ¿no le parece? Pues imagine, no ya un camino, sino una encrucijada donde convergieran más de cien, y todos ellos frecuentados, y todos ellos con algún paso temible, con alguna trampa, con algún declive más o menos negro. Sarao es eso: el casino donde convergen todos los caminos de Shangai, y por Shangai ya sabe usted que pasa el mundo.
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