Llévame a casa de Jesús Carrasco
La memoria que se prende de las piedras y los ladrillos perdura más que la que sustenta la carne.
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Llévame a casa de Jesús Carrasco
La memoria que se prende de las piedras y los ladrillos perdura más que la que sustenta la carne.
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Intemperie de Jesús Carrasco
Envolvió con sus manos las del chico y, sin decir palabra, manipuló las tetas haciendo que la leche saliera despedida. Y así, mediante esa imposición, el viejo le transmitió al muchacho el rudimento del oficio, otorgándole en ese instante la llave de una sabiduría perenne y esencial. La que extraia leche de las entrañas de los animales o hacía que de una espiga pudiera brotar un trigal.
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Intemperie de Jesús Carrasco
La intemperie le había empujado mucho más allá de lo que sabía y de lo que no sabía acerca de la vida. Le había llevado hasta el mismo borde de la muerte y allí, en medio de un campo de terror, él había levantado la espada en lugar de poner el cuello
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La tierra que pisamos de Jesús Carrasco
El miedo es un tornillo sin fin que, alimentado por un viento incesante, ha extraído de él las ideas, los sentidos y hasta las percepciones.
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La tierra que pisamos de Jesús Carrasco
Cargo la culpa de haberme dejado embaucar para erigir mi vida sobre una ciénaga.
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Intemperie de Jesús Carrasco
El chico escuchó la palabra "alguacil" en boca del pastor y sintió cómo la sangre le ardía en los talones y cómo esa flama subía desde el suelo y le abrasaba por dentro como sólo lo hace la vergüenza.
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Intemperie de Jesús Carrasco
Aún no sabía nada de lealtades ni del tiempo que pasa entre los seres y los cose con pespuntes cada vez más apretados.
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Intemperie de Jesús Carrasco
Embriagado por la abundancia laberíntica y cavernosa de las pulpas calientes. Los colores de la maduración, la fina piel como una frontera delicadísima o como un débil pretexto de la canícula para aguantar solo hasta la llegada del tacto.
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Intemperie de Jesús Carrasco
Él había ejercido la violencia tal y como había visto hacer siempre a quienes le rodeaban y ahora, como ellos, reclamaba su parte de impunidad. La intemperie le había empujado mucho más allá de lo que sabía y de lo que no sabía acerca de la vida. Le había llevado hasta el mismo borde de la muerte y allí, en medio de un campo de terror, él había levantado la espada en lugar de poner el cuello. Sentía que había bebido la sangre que convierte a los niños en guerreros y a los hombres en seres invulnerables.
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Llévame a casa de Jesús Carrasco
Se abrazan brevemente, quizá por primera vez en sus vidas. Pésame, respuesta a pésame, asentimientos, apretones de labios, movimientos de negación con la cabeza, silencios con grillos y cigarras al fondo. No hay manera de entender la muerte y por eso el ser humano ha desarrollado esa gestualidad apesadumbrada y difusa.
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Llévame a casa de Jesús Carrasco
El amor florece en las neveras llenas, en las sábanas planchadas y no tiene porqué menguar en la distancia.
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Intemperie de Jesús Carrasco
"No eran testigos del paso del tiempo, sino que era el tiempo quien les debía a ellos su naturaleza"
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Intemperie de Jesús Carrasco
-Sí no los entierras se los comerán los pájaros. -¿Qué importa ya? -Sí importa -Esos hombres no lo merecen. -Por eso debes hacerlo. |
La edad de la inocencia