Obra Poética, antología. de Jeremías Marquines
Las formas de ser gris adentro (fragmento) Ya mucho se dijo de la tristeza, que el amor es una espesa humedad de madera en la estación lluviosa, la oscura membrana en el ojo de los ahogados incitando al naufragio. Un olor de insectos que extrañamente revelan nuestros huesos donde pululan en secreto animales prohibidos. Pasan los trenes, pero queda el mundo que sueña sus frutas de invierno; su horizonte arqueado como un camaleón dormido en la osamenta de la niebla; sus propios reflejos limitados por el vértigo de las palmeras, sus alimañas inscritas en los muros del poniente donde se pudren intactos los perros que duermen en la virginidad renovada de mujeres maduras. Cuando pasan los trenes sólo queda un como animal hambriento en los pechos vacíos, el silencio acuático de la tarde que desentierra sus pájaros irreales como un niño enfermo, una mano que arde en perfecta calma en el litoral de un bosque demolido por criaturas que van desfigurando lo que te hace vivir. Cuando pasan los trenes, lo empiezas a saber. |