Obsidian de Jennifer L. Armentrout
Estábamos demasiado cerca, y entre los dos la tensión era casi insoportable. Su mirada me quemaba. Bajó la cabeza y se me olvidó respirar. Fascinada, miré cómo sus labios se curvaban hasta formar una sonrisa. Me costaba atender a lo que me decía, pero aun así lo conseguí, a pesar de que se me empezaba a nublar el entendimiento.
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