Los pecados de lord Cameron de Jennifer Ashley
—No puedo prometerte que vaya a ser un esposo modelo —continuó Cameron—. Que esté en casa a las cinco para tomar el té y cosas de ésas. Trabajo con caballos día y noche y mis amigos no son respetables. Te trataré como a una querida, como a una amante, porque sin duda alguna no sé cómo tratar a una esposa. Si no es eso lo que quieres, dímelo ahora y regresa con tu reina. Su voz era ronca; la de un hombre que estaba intentando expresar aquello que no sabía cómo decir. |