El ancho mar de los Sargazos de Jean Rhys
Y era preciosa. Yo pensaba que cada vez que se miraba al espejo por fuerza tenía que llenarse de esperanza y fingir que no pasaba nada. Yo también fingía. Con cosas distintas. Uno puede pasar mucho tiempo fingiendo, pero un día todo se desmorona y uno descubre que está solo. Estábamos en el lugar más hermoso del mundo; no me parece posible que pueda existir un lugar tan hermoso como Colulibri. El mar no estaba lejos, aunque no lo oíamos.
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