![]() |
A Puerta Cerrada de Jean-Paul Sartre
Nosotros parpadeábamos. Eso se llamaba parpadeo. Un pequeño relámpago negro, una cortina que cae y se levanta: el corte ya está. El ojo se humedece, el mundo se aniquila. No puede usted saber qué refrescante era. Cuatro mil reposos en una hora. Cuatro mil pequeñas evasiones.
|