Nuncanoche de Jay Kristoff
-¡Oh, Cállate!- gritó al caballo. -... le caes pero que muy mal...- susurró Don Majo. -¡No me estás ayudando! -... ¿y cómo puedo ayudar? ... -¡Explícame cómo nos hemos metido en este embalado! El gato que era sombras ladeó la cabeza, como pensando. Miró los ondulados Sussurriales, el horizonte serrado que se aproximaba, a su ama por encima de él. Y habló con la voz de quién revela una verdad horrible pero necesaria. -...en esencia, es culpa tuya... |