Prohibido creer en historias de amor de Javier Ruescas
En tu cabeza, apuesto a que estás imaginando cómo irá la conversación. Lo que te dirán, su reacción... Pero eso puede ser peligroso porque lo hacemos creando versiones de los demás con lo que conocemos de ellos. Y, normalmente, conocemos mucho menos a la gente de lo que nosotros pensamos. Igual que tus padres no saben quién eres, es muy probable que tú tampoco sepas realmente quiénes son ellos.
|