Prohibido creer en historias de amor de Javier Ruescas
—En que por fin he entendido lo que es un beso de tormenta —dice. —¿El qué? —Pues esto. La vida. El día a día. Que al final merece la pena creer en historias de amor, aunque en ocasiones duela. Y no hace falta ni que esté lloviendo, ni que nos estemos tocando para sentir un beso de tormenta. Porque a veces, en lugar de lluvia, hay un padre borracho, o una madre ausente, o matones, o deudas, o accidentes, o insultos, o inseguridades..., o la muerte de un ser querido. Y en vez de un beso, hay una caricia a tiempo, un abrazo, un mensaje de móvil o una llamada... Da lo mismo: al final, todo se reduce a sentir cerca a esa persona que quieres y que te ve como realmente eres, y poder mirarla a los ojos y saber que, ocurra lo que ocurra, como dice la canción de... mi madre, venga lo que venga, podrás con ello si no estás solo. |