Salamina de Javier Negrete
Cimón había comprobado que cuando uno empieza a empobrecerse, el poco dinero que tiene parece huir por las ventanas.
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Salamina de Javier Negrete
Cimón había comprobado que cuando uno empieza a empobrecerse, el poco dinero que tiene parece huir por las ventanas.
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La hija del Nilo de Javier Negrete
Si a partir de los cuarenta un día te levantas de la cama y no te duele nada, es que estás muerto
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La hija del Nilo de Javier Negrete
la clave del amor estribaba en el anhelo de pasar más tiempo con una persona y en la nostalgia que su ausencia despertaba.
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MIRADA DE LAS FURIAS, LA de Javier Negrete
Ni las bestias ni las máquinas ni las Parcas ni los siervos tienen moral, porque no pueden elegir entre el bien y el mal ni por tanto responder de ellos.
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Señores del Olimpo de Javier Negrete
Por encima de todo, había aprendido la lección que su soberbio hijo jamás entendería. Que el verdadero poder, si quiere perdurar, debe ser anónimo, permanecer oculto y manejar los hilos desde las sombras. Pues sí nadie sabe dónde reside, nadie intentará suplantarlo.
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Atlántida de Javier Negrete
Pero si el caminante es demasiado joven, le será imposible renunciar a sus sueños aunque el mundo se empeñe en robárselos
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Salamina de Javier Negrete
"En general, los políticos atenienses, sobre todo si eran de sangre noble, tenían clara una cosa: si al salir de un cargo público y rendir cuentas en la auditoría conocida como cuthync tenían una sola dracma más que antes de entrar, podían prepararse para un buen dolor de cabeza y algo peor. Un político debía invertir su dinero en el bien del Estado, no aprovecharse de éste para llenarse los bolsillos. Por supuesto, hubo excepciones, pero en Atenas nunca se llegó a una cleptocracia" ~ Javier Negrete
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Señores del Olimpo de Javier Negrete
Los hombres, los hombres, pensó Atenea: ése era el problema. Zeus había decidido favorecerlos porque parecían la raza más débil de todas. Pero luego, al crecer en número como las arenas de la playa y volverse fuertes, se habían hecho insolentes. Los hombres, creados a imagen y semejanza de los olímpicos. Atenea también los amaba, pero no podía negar que su desmesurada ambición empezaba a ser un problema muy grave. |
Señores del Olimpo de Javier Negrete
En el principio fue Caos, el inconcebible. Caos el No—nacido, la tiniebla impenetrable que precede a toda luz. No tenía ni manos, ni voz, ni ojos, y nunca se le ofrendaron ni se le ofrendarán víctimas, pues es el dios de la indiferencia suma.
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Salamina de Javier Negrete
¿Que qué significa?- dijo el anciano ciego […]-. Ese toque es inconfundible, hija mía. Es el sonido más dulce que puede cantar el bronce de una trompeta guerrera. Cinco notas para cinco sílabas.- El anciano sonrió, recordando viejos tiempos-. Significa: Nenikékame. |
El espartano de Javier Negrete
En Esparta, todos los ciudadanos eran Iguales, pero la ventaja de poseer riquezas era que permitía a algunos ser más Iguales que otros.
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La gran aventura de los griegos ) de Javier Negrete
Para llegar a Maratón, los atenienses recorrieron 42 kilómetros por el camino que transcurría junto a la costa este del Ática. Aunque existe otra ruta más corta, monte a través, no era apropiada para una columna de tantos hombres, cargados además con armas pesadas. Al mismo tiempo, los generales mandaron a Esparta a un hemeródromo o mensajero profesional, un tal Fidípides
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La gran aventura de los griegos ) de Javier Negrete
En general, los políticos atenienses, sobre todo si eran de sangre noble, tenían clara una cosa: si al salir de un cargo público y rendir cuentas en la auditoría conocida como cuthync tenían una sola dracma más que antes de entrar, podían prepararse para un buen dolor de cabeza y algo peor. Un político debía invertir su dinero en el bien del Estado, no aprovecharse de éste para llenarse los bolsillos. Por supuesto, hubo excepciones, pero en Atenas nunca se llegó a una cleptocracia.
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La hija del Nilo de Javier Negrete
„Las personas interesantes se distinguen por las preguntas que hacen y las dudas que albergan, mientras que cualquier necio puede estar seguro de todo y ofrecer respuestas que nadie le pide.
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El espíritu del mago de Javier Negrete
Me alegro de verte, tah Derguin. -Yo también me alegro de verte. tah Kratos |
El espíritu del mago de Javier Negrete
De la alcoba salía un olor a carne quemada tan intenso que casi le hizo vomitar. Al pie de la cama había un cadáver que aún humeaba. De la mano que intentara empuñar a Zemal quedaba tan solo quedaban tan solo los huesos de dos dedos; el resto eran cenizas
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La Espada de Fuego de Javier Negrete
Desde la entrada norte hasta la sur había cadáveres Australes, Ainari y Ritiones, todos mezclados en una papilla de sangre y lodo, vísceras y excrementos
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La Espada de Fuego de Javier Negrete
Pues tal es la virtud de los sueños: que apartan nuestra mirada del huesudo rostro de la muerte
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Señores del Olimpo de Javier Negrete
Cuando se le agotaba el fuego, ingería de nuevo la lava que había vomitado o devoraba las armas de los enemigos caídos y las fundía en el crisol que tenía por estómago
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La guerra del fin...