Anatomía de un instante de Javier Cercas
Nunca acabó de entender que en la política de una democracia nada es personal, dado que en democracia la política es un teatro y nadie puede actuar en un teatro sin fingir lo que no siente; por supuesto, él era un político puro y, como tal, un actor consumado, pero su problema era que fingía con tanta convicción que acababa sintiendo lo que fingía, lo que le llevaba a confundir la realidad con su representación y las críticas políticas con las personales.
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