Las aventuras del valeroso soldado Schwejk de Jaroslav Hasek
La misa y el sermón ofrecían una de las mejores maneras de distraerse del aburrimiento de la celda. No se trataba de acercarse a Dios, sino de la esperanza de encontrar por el camino la colilla de un cigarro o de un puro. A Dios se le suplantaba sin dudar por una pequeña colilla de cigarro lanzada a una escupidera o un rincón lleno de polvo. Aquel pequeño objeto maloliente triunfaba sobre Dios y la salvación del alma.
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