El nudo materno de Jane Lazarre
Con todo, el amor maternal conllevaba una carga. Confronté mis aversiones y mis miedos. Fantaseé con asesinatos a medianoche. Lo odié y lloré porque mi vida había dejado de existir. Y así, durante dos meses, descubrí en silencio que lo amaba. Antes, había comprendido que él era el vínculo más cercano a mi persona, que nunca podría abandonarlo, [...]. Pero ¿amor? No lo había amado más de lo que siempre me amé a mí misma. En ambos casos, el amor había luchado por definirse, había crecido en un mar de confusión, miseria y necesidad.
|