El nudo materno de Jane Lazarre
«Los expertos tenían razón», pensé. Todos los bebés nacen siendo criaturas plácidas y felices. Normalmente es la madre la que lo hace mal. Trata de reprimir su injusto resentimiento y coge al bebé o con excesiva tensión o demasiada laxitud; o bien lo coge constantemente o no lo coge casi nunca; o bien lo deja llorar o lo arranca de la cuna antes de que empiece a llorar; o bien lo sobrealimenta o lo deja con hambre; o bien lo asfixia de tanto amor o lo abandona con frecuencia. En definitiva, la mala madre es la única culpable.
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