El nudo materno de Jane Lazarre
Y la heroína que yo esperaba que cada mañana saliera de mi cama, encarnada en mi antiguo ser, pero envuelta en la mágica aura de la maternidad, no apareció. Al margen de lo que cualquiera pudiera pensar o amar, de manera consciente o inconsciente, a viva voz o en secreto, yo no era esa persona. Solo necesitaba a mi madre.
|