Adagio en primavera de Jane Kelder
Cuando ella se presentó en Desley Abbey, con las mejillas sonrosadas por el ejercicio y preocupada por el castigo que suponía la esperaba a su hermano, le sorprendió gratamente su valor .En esos momentos, no se sintió ofendido por los prejuicios de ella, sino que le pareció una situación graciosa y celebró que el malentendido la hubiera llevado hasta allí. |