Muerte Y Vida De Las Grandes Ciud de Jane Jacobs
Imaginemos por el contrario el caso de que estos bloques estuvieran atravesados por pequeñas calles adicionales transversales; calles, no paseos estériles del tipo que abundan en los conjuntos residenciales, calles con edificios donde nazcan y crezcan comercios económicamente viables: lugares para comprar, comer, ver cosas o beber algo. Con una calle extra, el hombre de la calle 88 no tendría que caminar por su monótona y sempiterna acera para ir a cualquier sitio. Tendría a su disposición rutas alternativas donde escoger. La vecindad se le habría, literalmente, abierto.
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