Orgullo y prejuicio de Jane Austen
He observado a menudo que la resignación nunca es tan perfecta como cuando la dicha negada comienza a perder en nuestra estimación algo de valor.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
He observado a menudo que la resignación nunca es tan perfecta como cuando la dicha negada comienza a perder en nuestra estimación algo de valor.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
–¿Qué piensa de los libros? – le preguntó él sonriendo. –¡Los libros! ¡Oh, no! Estoy segura de que no leemos nunca los mismos o, por lo menos, no sacamos las mismas impresiones. –Lamento que piense eso; pero si así fuera, de cualquier modo, no nos faltaría tema. Podemos comprobar nuestras diversas opiniones. |
Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Los dos somos insociables, taciturnos y enemigos de hablar, a menos que esperemos decir algo que deslumbre a todos los presentes y pase a la posteridad con todo el brillo de un proverbio.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Mis sentimientos no se borran por muchos esfuerzos que se hagan para cambiarlos. Quizá se me pueda acusar de rencoroso. Cuando pierdo la buena opinión que tengo sobre alguien, es para siempre.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Elizabeth no podía evitar darse cuenta, cada vez que volvía las páginas de unos libros de música que había sobre el piano, de la frecuencia con la que los ojos de Darcy se fijaban en ella.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
–Nada es más engañoso -dijo Darcy- que la apariencia de humildad. Normalmente no es otra cosa que falta de opinión, y a veces es una forma indirecta de vanagloriarse.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
—Me pregunto quién sería el primero en descubrir la eficacia de la poesía para acabar con el amor. —Yo siempre he considerado que la poesía es el alimento del amor -dijo Darcy. —De un gran amor, sólido y fuerte, puede. Todo nutre a lo que ya es fuerte de por sí. Pero si es solo una inclinación ligera, sin ninguna base, un buen soneto la acabaría matando de hambre. |
Orgullo y prejuicio de Jane Austen
–Pero la gente cambia tanto, que siempre hay en ellos algo nuevo que observar.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
(…) todo impulso del sentimiento debe estar dirigido por la razón, y a mi juicio, el esfuerzo debe ser proporcional a lo que se pretende.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Estaba meditando sobre el gran placer que pueden causar un par de ojos bonitos en el rostro de una mujer hermosa.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
(…) podría perdonarle fácilmente su orgullo si no hubiese mortificado el mío.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
–El orgullo -dijo la señorita Lucas- ofende siempre, pero a mí el suyo no me resulta tan ofensivo. Él tiene disculpa. Es natural que un hombre atractivo, con familia, fortuna y todo a su favor tenga un alto concepto de sí mismo. Por decirlo de algún modo, tiene derecho a ser orgulloso.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Fingir candor es algo bastante corriente, se ve en todas partes. Pero ser cándido sin ostentación ni premeditación, quedarse con lo bueno de cada uno, mejorarlo aún, y no decir nada de lo malo, eso sólo lo haces tú.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Sabes perfectamente que tienes cierta tendencia a que te guste toda la gente. Nunca ves un defecto en nadie. Todo el mundo es bueno y agradable a tus ojos. Nunca te he oído hablar mal de un ser humano en mi vida.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
No puedo concretar la hora, ni el sitio, ni la mirada, ni las palabras que pusieron los cimientos de mi amor. Hace bastante tiempo. Estaba ya medio enamorado de ti antes de saber que te quería.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
A poca gente quiero de verdad, y de muy pocos tengo buen concepto. Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada, y el tiempo me confirma mi creencia en la inconsistencia del carácter humano, y en lo poco que se puede uno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia.
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Lady Susan de Jane Austen
Hay algo muy placentero en los sentimientos tan fáciles de manejar. No quiere esto decir que los envidie; por nada del mundo me gustaría tenerlos, pero resultan muy convenientes cuando lo que se busca es influir en las pasiones de otra persona.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
Hay tanto de gratitud y vanidad en casi todos, los cariños, que no es nada conveniente dejarlos a la deriva.
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Orgullo y prejuicio de Jane Austen
La vanidad y el orgullo son cosas distintas, aunque muchas veces se usen como sinónimos. El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros.
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Amor y amistad de Jane Austen
La remembranza de aquello que su corazón había sufrido en el pasado a causa de sus encantos y de la pierna en la trampa, le permitió olvidarlo con una facilidad tolerable, que era lo que había decidido hacer y, por esa resolución, dedicaba cinco minutos todos los días a la tarea de quitárselo a él de su memoria.
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Jane Austen (16 de diciembre de 1775-18 de julio de 1817) fue una novelista británica que vivió durante la